¿Por qué se llama a la enfermedad de Alzheimer la diabetes tipo III?


Cambios semejantes a los que se producen con la diabetes a nivel metabólico también se producen en la enfermedad de alzhéimer. Esa y otras razones hacen que varios investigadores llamen a la enfermedad de Alzheimer la diabetes tipo III

enfermedad de Alzheimer la diabetes tipo III

Seguramente habéis escuchado hablar de la diabetes tipo I y la diabetes tipo II, particularmente de esta última, que es la forma más común y aparece en la adultez. También es posible que hayáis visto algún que otro titular de un medio de comunicación refiriéndose a la enfermedad de Alzhéimer como una forma de diabetes, incluso denominándola “Diabetes tipo III” ¿Qué motiva esos titulares?

Las razones en realidad son bastante sencillas aunque no del todo demostradas: durante la enfermedad de alzhéimer, incluso antes de que se manifiesten los primeros síntomas, se producen cambios muy semejantes a los que ocurren durante la diabetes.

Muchos investigadores apoyan la hipótesis, no ya que la diabetes sea una causa de alzhéimer; más bien se considera un factor de riesgo notable, sino que es producto de alteraciones fisiológicas semejantes a las que llevan a padecer diabetes, solo que dependiendo de la parte del cuerpo donde tienen lugar las alteraciones, así de diferentes serán los síntomas.

A esta hipótesis están contribuyendo las nuevas conclusiones de la ciencia en la actualidad que apuntan a factores de riesgo comunes entre la diabetes y la enfermedad de Alzheimer.  Pero vamos por parte.

Diabetes tipo II y enfermedad de Alzhéimer : semejanzas.

consecuencias de la diabetes

La diabetes tipo II ocurre cuando el organismo puede producir una hormona llamada insulina pero, o bien no es suficiente, o el organismo no responde a sus efectos, provocando una acumulación de glucosa(un tipo de azúcar) en la sangre.

La insulina hace posible que la glucosa, que obtenemos de los alimentos, sea absorbida por las células y transformada en la energía que todos necesitamos para vivir. Como resultado se produce un exceso de glucosa en sangre que es muy dañino para el organismo (también para los michelines).

Además de este papel esencial de la insulina en la utilización de la glucosa por las células, se ha demostrado que es importante en el desarrollo de procesos como la memoria y la comunicación entre las neuronas. Cuando en el cerebro no hay suficiente insulina o las células no responden al estímulo de esta hormona (lo que se llama resistencia a la insulina) esos procesos se ven afectados. Incluso en personas diabéticas no enfermas de alzhéimer el deterioro de las funciones cognitivas es mayor que en los no diabéticos.

También te puede interesar leer: Deterioro cognitivo como consecuencia de la diabetes.

En el caso de la enfermedad de Alzheimer, una investigación publicada en el año 2005, proponía el término “diabetes tipo III” para definirla: los investigadores encontraron evidencia de que la deficiencia de insulina y la resistencia a la insulina en el cerebro de los pacientes mediaba la enfermedad de Alzhéimer desde los estadios iniciales, incluso antes de que se detecten los primeros síntomas.

Esta deficiencia de insulina trae como consecuencia que las células del cerebro no puedan recibir la glucosa necesaria para producir energía, tanto es así que una de las pruebas más aceptadas para diagnosticar el alzhéimer en la actualidad es la Tomografía por Emisión de Positrones que mide el metabolismo de la glucosa que se ve afectado de forma temprana en la enfermedad.

También te puede interesar leer: ¿Cómo se diagnostica el alzhéimer?

Más allá de si el alzhéimer es una consecuencia de alteraciones semejantes a las que tienen lugar durante la diabetes tipo II, algo que aún está por demostrar, algo importante se desprende de las conclusiones a las que la ciencia ha ido llegando: existen factores de riesgo comunes a ambas enfermedades y estos son prevenibles.

Si antes se aconsejaba llevar una vida activa y una alimentación sana para evitar la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, ahora cada vez más a la lista de beneficios se suma tener una mejor salud cerebral.

Referencias

Bittman, M. (2012, September 25). Is Alzheimer’s type 3 diabetes? Retrieved from http://opinionator.blogs.nytimes.com/2012/09/25/bittman-is-alzheimers-type-3-diabetes/?_r=0

Chung, C.-C., et al. (2015). Inflammation-associated declines in cerebral vasoreactivity and cognition in type 2 diabetes. Neurology, 10–1820. http://doi.org/10.1212/WNL.0000000000001820

International Diabetes Federation. (2006). ¿Qué es la diabetes? Retrieved 18 November 2015, from https://www.idf.org/diabetesatlas/5e/es/que-es-la-diabetes?language=es

Ohara, T., et al. (2011). Glucose tolerance status and risk of dementia in the community. Neurology77(12), 1126–1134. http://doi.org/10.1212/WNL.0b013e31822f0435

Steen, E., et al. (2005). Impaired insulin and insulin-like growth factor expression and signaling mechanisms in Alzheimer’s disease–is this type 3 diabetes? Journal of Alzheimer’s Disease : JAD.1(7). Retrieved from http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15750215

Wands, J. R., & Suzanne M. de la Monte. (2008). Alzheimer’s disease is type 3 Diabetes–Evidence reviewed, 2(6). Retrieved from http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2769828/

 

Redacción TiTi