El miedo a caer en los enfermos de párkinson es una emoción negativa con la que tienen que vivir miles de enfermos día a día. Su sola presencia aumenta el riesgo de lo más temido, las caídas.
Tal vez las personas que sufren un mayor número de caídas sean los niños y los adultos mayores. Por razones diferentes, el dominio que tienen de su cuerpo parece no ser el más óptimo. Sin embargo, mientras para los niños una caída cuando corren tras la pelota no parece acarrear grandes consecuencias, una vez estemos en la tercera edad el asunto no parece pasar tan fácilmente. Las caídas son muchas veces causa de mayores complicaciones, e incluso, de pérdidas en las capacidades funcionales.
La enfermedad de Parkinson es una de las afectaciones que mayores riesgos de caída supone. Además, con frecuencia, en los afectados aparece un intenso miedo a caer. ¿Cuáles son las causas de estas caídas? ¿Cuáles son las consecuencias y los factores que predicen el miedo a caer en la enfermedad de Parkinson? Sigue leyendo y encontrarás las respuestas a estas y otras preguntas.
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Características de la enfermedad de Parkinson que hacen más probables las caídas.
Las caídas en la enfermedad de Parkinson a menudo son provocadas por una serie de factores que incluyen tanto síntomas motores como no motores.
La rigidez y la lentitud de movimientos, junto con los cambios de posturas asociados a ellos contribuyen al riesgo de caer. Al reducirse la flexibilidad y la adaptabilidad del cuello y el tronco, aparece, con frecuencia, pérdida del equilibrio con el consiguiente riesgo asociado.
Otro factor se deriva de los problemas de visión que tienen algunos pacientes de Parkinson. Muchos individuos experimentan visión doble y borrosa, así como cambios en la percepción de profundidad. Esto hace difícil mantener el centro de gravedad mientras se camina y también ocasiona pérdida de equilibrio.
Es frecuente además que enfermos de párkinson experimenten una disminución de la tensión arterial al levantarse después de un rato sentados o acostados. Esto produce mareos y puede causar caídas.
El estreñimiento también es un factor a tener en cuenta. El esfuerzo realizado para la defecación estimula una reacción orgánica que puede producir disminución de la frecuencia cardiaca y esto a su vez causar mareos y caídas.
Por último, debe considerarse la fatiga y el agotamiento debidos a los problemas para dormir, uno de los síntomas no motores típicos de la enfermedad.
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El miedo a caer en la enfermedad de Parkinson.
La frecuencia de las caídas en la enfermedad de Parkinson hace que muchas personas desarrollen miedo a caer. Este miedo limita considerablemente la vida cotidiana de los pacientes y, a la vez, actúa como un bumerang pues, al verse obligado a desplazarse, muchos lo hacen con una tensión tan fuerte que terminan perdiendo el control de su movimiento y cayendo.
Debido a estas afectaciones algunos científicos han intentado desentrañar que factores predicen la aparición del miedo a caer, factores que pueden servir para elaborar estrategias de prevención.
Las investigaciones apuntan a que, de todos los factores descritos en el apartado anterior, aquellas personas que tienen problemas frecuentes con el equilibrio son quienes desarrollan en mayor medida miedo a caer.
Algunos consejos:
Evidentemente, intentar controlar las caídas tendrá un efecto beneficioso en tu salud y, a la vez, ayudará a que aumente tu sensación de autoeficacia haciendo que desaparezca el miedo a caer. Aquí te van algunos consejos que pudieran ayudarte en este objetivo:
- Consultar a personal médico: Antes te hemos hablado de los factores de riesgo, pero eso es solo una generalización. En algunas personas no se dan todos los factores y en otras sí. Tal combinación es importante y para descubrir que es lo que está pasando en tu caso concreto es importante que acudas al médico. Él evaluará tus cicunstancias y te ayudará a comprender cuál es la mejor estrategia a seguir.
- Practicar ejercicios: Aunque el miedo a caer hará que quieras permanecer casi inmóvil en un sitio, la conducta adecuada es exactamente la contraria. La práctica de ejercicio físico estimula el equilibrio, atenúa la rigidez y aumenta la flexibilidad. También mejora la percepción del centro de gravedad. Eso sí, es importante que consultes con un profesional cuáles son los ejercicios más adecuados en tu caso.
- Una casa segura: También existen algunos ajustes que puedes hacer en casa. Cuida mucho que la iluminación sea siempre la adecuada y que haya un contraste fácilmente visible entre el color del suelo y las paredes. Es bueno eliminar el desorden, puede ser molesto pero también son peligroso. En el baño, el uso de superficies antideslizantes y la instalación de barras de sujeción pueden reducir el riesgo de caídas. A la hora de seleccionar el calzado, intenta favorecer la seguridad sobre la belleza.
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Referencias bibliográfica
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