La enfermedad de Parkinson es una de las afecciones neurodegenerativas más frecuentes en la actualidad, solo superada por la enfermedad de Alzheimer. Los síntomas cardinales de este padecimiento son los temblores, la rigidez y la lentitud de movimientos, sin embargo, también se ven afectadas las facultades cognitivas, el sueño y pueden aparecer un sinnúmero de disfunciones del sistema autónomo. Entre tales disfunciones se encuentra la denominada hipotensión ortostática, la cual afecta hasta un 60 % de los pacientes de párkinson. Con semejante prevalencia creo que es importante que comentemos un poco sobre de ella.
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Hipotensión ortostática como riesgo de caídas en los enfermos de párkinson.
La hipotensión ortóstatica consiste en una reducción excesiva de la presión arterial que ocurre al ponerse de pie cuando se ha estado tiempo acostado o sentado, o cuando se ha permanecido mucho tiempo en una posición vertical.
Cuando permanecemos acostados o sentados durante mucho tiempo y nos levantamos con rapidez, nuestro organismo de manera refleja hace que el corazón lata más rápido y con mayor fuerza para redistribuir la sangre desde las piernas y el tronco hasta la cabeza. Pero en las personas que padecen párkinson estos reflejos no funcionan correctamente por lo que no llega suficiente sangre al cerebro, ¿resultados?, las consecuencias incluyen desmayos, mareos ligeros, vértigo, confusión o visión borrosa.
Esto supone un alto riesgo de caídas y afecta en extremo la calidad de vida de los enfermos de Parkinson.
Tratamiento de la hipotensión ortostática en los enfermos de párkinson.
Actualmente, el tratamiento de la hipotensión ortostática pasa por descartar algunas posibles causas más allá de la enfermedad de Parkinson, como, por ejemplo, medicamentos hipotensores o psicofármacos. Incluso la propia medicación antiparkinsoniana puede contribuir a la hipotensión, un ajuste de la dosis empleada puede resultar efectivo. A continuación, le ofrecemos además una serie de recomendaciones que podrían ayudar si usted o un familiar padecen párkinson y están experimentando algunos de los signos descritos anteriormente (vértigos, mareos, visión borrosa, etc. al incorporarse) y que responden a la disfunción del sistema autónomo que hemos venido explicando. Pero recuerde, como siempre decimos, que lo más importante es acudir a un médico para que él evalúe cuál es la intervención más eficiente en su caso específico.
Recomendaciones para tratar la hipotensión ortostática (Alarcia-Alejos & Crespo-Burillo, 2015):
- Evite permanecer mucho tiempo inactivo, sentado, tumbado o levantado.
- Evite exponerse a temperaturas muy elevadas.
- Incrementar frecuencia de las comidas y disminuir cantidad.
- Al incorporarse, hágalo lentamente si ha estado mucho tiempo sentado o tumbado.
- Incremente la toma de sal y de agua. Se recomienda tomar al día entre 1.5 y 2 litros de agua y entre 6 y 10 gr de sal diarios.
- Use medias de compresión con el objetivo de reducir el estancamiento de la sangre en las piernas y zona baja del cuerpo. Existen varias posibilidades: medias de compresión hasta la rodilla, de pierna entera o de piernas y zona inferior del abdomen.
Los fármacos para la hipotensión empleados en los enfermos de párkinson solo deben considerarse si las medidas antes descritas no son suficiente y siempre bajo la supervisión de un profesional debido a los numerosos efectos secundarios que provoca.
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Referencias bibliográficas
Crespo-Burillo, J., & Alarcia-Alejos, R. (2015). Manejo de la disfunción autonómica en la enfermedad de Parkinson. Revista de Neurología, 60(8), 355-364.
Management of Orthostatic Hypotension in Patients With Parkinson’s Disease. Disponible en http://www.medscape.com/viewarticle/841709_3
La hipotensión ortostática o postural en la enfermedad de Parkinson. Disponible en https://www.in-pacient.es/noticia/la-hipotension-ortostatica-o-postural-en-la-enfermedad-de-parkinson/
