Tratamientos para la enfermedad de Alzheimer.


Resumen de los tratamientos para la enfermedad de Alzheimer, tanto farmacológicos como no farmacológicos, que se usan actualmente para intentar controlar los síntomas de la enfermedad y aumentar la calidad de vida de enfermos y familiares.

Rember

Después de un diagnóstico de enfermedad de Alzheimer probable y del desconcierto que trae enfrentarse a esa realidad, la reacción siguiente posiblemente sea buscar tratamientos efectivos. El enfermo o su familiar seguramente no encontrarán lo que buscan: una solución.

Seguirán durante mucho tiempo intentando hallar terapias, pidiendo segundas opiniones, creyendo al que dé un poco de esperanza(por eso hemos pasado la mayoría). Hasta que finalmente aceptan la realidad: los tratamientos son sintomáticos, no curativos, no van detener la enfermedad, solo hacer sus síntomas más leves y llevaderos para el enfermo y sus cuidadores.

Y eso es un logro. Porque no hace mucho tiempo, familiar y enfermo salían con un diagnóstico y la impotencia de escuchar “No hay nada que hacer. Para eso no hay tratamientos”. Y sí que hay, tratamientos farmacológicos y terapias no farmacológicas. De ellos venimos a hablaros hoy.

Tratamientos farmacológicos para la enfermedad de Alzheimer.

Tratamientos para la enfermedad de Alzheimer
Información ofrecida por el Instituto Nacional sobre Envejecimiento de EE.UU.

El descubrimiento de un medicamento que evite la progresión de la enfermedad de Alzheimer o que la erradique directamente se ha convertido en una especie de El Dorado en los últimos años para las empresas biotecnológicas .

De hecho, el boletín de noticias NeuroPerspective señalaba que en los últimos cinco años el número de tratamientos desarrollados por las farmacéuticas para tratar enfermedades del sistema nervioso cayó un 50%.

Sin embargo, el pasado año se produjo un giro radical al invertirse 3.3 billones, más que en cualquiera de los últimos 10 años (Fuente: Forbes). No obstante, los tratamientos farmacológicos recomendados para la enfermedad tienen un alcance limitado.

Los inhibidores de colinesterasa como  donepezilo, galantamina y rivastigmina son recomendados en las fases moderadas a leves de la enfermedad de Alzheimer (Fuente: NIA ). Actúan impidiendo la degradación del neurotransmisor acetilcolina  mediante la inhibición de la acetilcolinesterasa.

Los ensayos clínicos han demostrado que los tres tienen el potencial de mejorar levemente la cognición, el funcionamiento diario y la conducta en los pacientes con enfermedad de Alzheimer en grado leve o moderadamente grave durante períodos de tiempo entre 6 y 18 meses (Fuente: Know Alzheimer).

Entre los inhibidores de la colinesterasa también se encuentra la tacrina pero su uso ya no es aconsejado debido a los importantes efectos secundarios que provoca.

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La memantina es un medicamento recomendado para los síntomas moderados a graves, de hecho, no se recomienda su uso en fases menos avanzadas. Actúa controlando la cantidad disponible en el cerebro del neurotransmisor glutamato, que con una liberación normal se asocia a  procesos como el aprendizaje y la memoria, pero si la liberación es muy prolongada tiene una acción tóxica.

La memantina ha demostrado retrasar la progresión de los síntomas moderados a graves de la enfermedad, tanto a nivel cognitivo, como funcional y conductual. Permite a la persona mantener por más tiempo la capacidad  para la realización de las actividades de la vida diaria como ir al baño por sí mismos (Fuente: NIA). El lenguaje, la memoria y las habilidades motoras mejoran en un número significativo de personas e incluso se describen mejorías  en la agitación y la agresividad.

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El pasado año 2014, la FDA estadounidense aprobó el uso de un medicamento que es una combinación de memantina y donepezilo para los síntomas moderados a severos de la enfermedad de Alzheimer, el Namzaric.

Además de estos fármacos, el médico puede recomendar otros para intentar controlar algunas de las alteraciones conductuales que se producen en las persona con la enfermedad aunque el uso de psicofármacos se debe evitar en la medida de lo posible porque, entre otras consecuencias, puede contribuir al deterioro cognitivo de la persona enferma.

También es común que se recomienden suplementos de vitamina E, sin embargo, aún no existe un consenso sobre su acción  en la enfermedad de Alzheimer por lo que también se aconseja tomarlo bajo supervisión médica, al igual que todos los medicamentos aquí mencionados.

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Terapias no farmacológicas

¿Has hecho puzzles o juegos como Big Brain Academy? Actividades como esas, aunque dirigidas por un especialista que va a trabajar en funciones cognitivas muy precisas,  son las que se hacen para estimular funciones como la memoria, la orientación o el lenguaje y que se conocen como estimulación cognitiva,  una de las terapias no farmacológicas (TNFs) más populares.

Tampoco frenan la enfermedad sí ayudan a que la persona tenga una mejor calidad de vida. Aún enfermos todos tenemos derecho a una vida plena de significado.

Esta vertiente terapéutica está rodeada de polémica; aunque nadie niega sus beneficios si está en entredicho su efecto real sobre el curso de la enfermedad. Javier Olzarán, uno de los más reputados expertos en este tema, realizó junto a otros colaboradores un meta-análisis en 2010 que evaluó los mejores datos científicos disponibles acerca de los efectos de las TNFs en la Enfermedad de Alzheimer y trastornos relacionados. Se revisaron 179 estudios y en la categoría de intervención cognitiva se constató una mejoría en las capacidades cognitivas entrenadas.

Pero el proceso de estimular funciones como el lenguaje y la memoria y que además mejore el estado afectivo, puede adoptar muchas formas y algunas de ellas se han hecho populares.

La musicoterapia, por ejemplo, constantemente sorprende con sus logros. Según reporta el CRE- Alzheimer de Salamanca, una entidad pública especializada en este tipo de intervenciones no farmacológicas, varios estudios avalan la eficacia de la música usada con un fin terapéutico: mejora la comunicación, la socialización y las capacidades cognitivas, perceptivas o físico-motrices.

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Tratamientos para la enfermedad de Alzheimer

Otras intervenciones  pueden desarrollarse haciendo uso de robots (roboterapia) como Zora, un  robot humanoide que sirve de ayuda en centros residenciales de Holanda y Francia.  PARO, una foca robótica muy mimosa, es uno de los más conocidos y usados en el mundo.

La terapia con mascotas, en especial la relizada con perros (aunque ya se han usado hasta cerdos), es muy apreciada por las personas con Alzheimer. La wii-terapia usa las videoconsolas y juegos de entrenamiento cerebral con un fin terapéutico.

De medios tecnológicos también se valen las plataformas de estimulación cognitiva como NeuronUp  que crean un software de estimulación basado en los conocimientos acumulados por la Neurociencia (importante comprobar que entre la multitud de apps de este tipo que pululan, detrás existe un base científica).

Tratamientos para la enfermedad de Alzheimer
Ejemplo de cámara Snoezelen.

La danza sirve de medio en muchas ocasiones para entrenar cuerpo y mente y espacios adaptados como la cámara Snoezelen, se diseñan para crear un ambiente sensorialmente muy estimulante haciendo uso de sonidos, olores y  colores: una alternativa muy útil en personas en un estado avanzado de la enfermedad.

Las alternativas terapéuticas que hemos venido describiendo son sólo algunas de las más populares, existen otras igual o más efectivas. Lo importante es decir que hay opciones, que siempre se puede hacer algo por esa persona: científicamente es posible y éticamente inapelable.

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Nota

Este artículo es una versión actualizada de otro publicado por la misma autora con anterioridad, en la revista de información científica MedCiencia.

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